Abr 10
KUADERNO DE BITÁGORAS Kap.6
Diario de Bitácora
(Día internacional de la Solidaridad con el Personal detenido y desaparecido)
(Día internacional de la Solidaridad con el Personal detenido y desaparecido)
De vuelta a trabajar a ese lugar llamado hospital. Camino hacia la entrada del mastodóntico 12 de Octubre, el cielo turbio que corona la azotea no presagia nada bueno, es el Coranavirus filtrándose y colonizando todo su viejo esqueleto. Al entrar hace calor, hay demasiado silencio y quietud, sin embargo está a rebosar de personas. Quienes trabajamos allí ya tenemos interiorizado un mantra: Mascarilla, guantes, solución hidroalcohólica, mascarilla, guantes, lejía, gorros verdes, calzas, mascarilla, guantes… Parecemos un pobre ejército.
Somos el ejército blanco cautivo y desarmado frente a un implacable y destructor Coloso.En este marco de incertidumbre, donde cada día varias compañeras cursan baja por Coronavirus, con sus respectivas historias familiares y personales detrás: Giovana, Sagrario, Mónica, Alba…y otras tantas en espera de resultados, viene personal nuevo contratado sin demasiada experiencia, aunque a decir verdad, quién coño la tiene. Yo además no quiero comprometer la salud de compas embarazadas, que por fin están siendo reubicadas en lugares “seguros”, ni de compas de mayor edad, porque ya bastante han currado en su vida con dobles jornadas (por aquello del patriarcado) para tener que lidiar también con esto, y estas inquietudes mías quiero que sean compartidas por el resto, para tener unanimidad de criterio sobre quién se expone más, o se expone menos, aunque para ser optimistas, poco a poco van en aumento la disponibilidad de EPIs.En este macabro paisaje español, sigo sin digerir las actuales críticas vacías de contenido analítico sobre las medidas adoptadas por el Gobierno. Se está lidiando con una tragedia sin precedentes en la historia reciente, que afecta a todo el planeta y bajo mi punto de vista se están redoblando los esfuerzos a marchas forzadas para paliar la situación con medidas valientes nunca antes adoptadas. Solo falta que abdique el Rey y que la Iglesia renuncie a todos sus privilegios poniéndolos a disposición del Estado (bueno, y que Amancio, Roig y Florentino entreguen las armas).
Mientras trabajo bajo tres capas protectoras con la frente empapada de sudor, tengo aún que neutralizar en mi mente comentarios fascistas, xenófobos y clasistas de algunxs compañerxs para entrar en las habitaciones de las víctimas de Coronavirus con mi mejor YO, porque esto es una guerra y estoy de vuestro lado.
Somos el ejército blanco cautivo y desarmado frente a un implacable y destructor Coloso.En este marco de incertidumbre, donde cada día varias compañeras cursan baja por Coronavirus, con sus respectivas historias familiares y personales detrás: Giovana, Sagrario, Mónica, Alba…y otras tantas en espera de resultados, viene personal nuevo contratado sin demasiada experiencia, aunque a decir verdad, quién coño la tiene. Yo además no quiero comprometer la salud de compas embarazadas, que por fin están siendo reubicadas en lugares “seguros”, ni de compas de mayor edad, porque ya bastante han currado en su vida con dobles jornadas (por aquello del patriarcado) para tener que lidiar también con esto, y estas inquietudes mías quiero que sean compartidas por el resto, para tener unanimidad de criterio sobre quién se expone más, o se expone menos, aunque para ser optimistas, poco a poco van en aumento la disponibilidad de EPIs.En este macabro paisaje español, sigo sin digerir las actuales críticas vacías de contenido analítico sobre las medidas adoptadas por el Gobierno. Se está lidiando con una tragedia sin precedentes en la historia reciente, que afecta a todo el planeta y bajo mi punto de vista se están redoblando los esfuerzos a marchas forzadas para paliar la situación con medidas valientes nunca antes adoptadas. Solo falta que abdique el Rey y que la Iglesia renuncie a todos sus privilegios poniéndolos a disposición del Estado (bueno, y que Amancio, Roig y Florentino entreguen las armas).
Mientras trabajo bajo tres capas protectoras con la frente empapada de sudor, tengo aún que neutralizar en mi mente comentarios fascistas, xenófobos y clasistas de algunxs compañerxs para entrar en las habitaciones de las víctimas de Coronavirus con mi mejor YO, porque esto es una guerra y estoy de vuestro lado.
¡Venceremos!